CÓMO SE HIZO EL LIBRO

Éste es un libro póstumo, sea esa su primera descripción. Aunque el proyecto data del año 2006, se escribió entre noviembre de 2011 y abril de 2012, cuando Xavier Batalla enfermó y eso le permitió encontrar el tiempo necesario para poner manos a la obra. Un tiempo que él sabía que se le acababa.

Xavier murió el 13 de diciembre de 2012 a causa de un tumor cerebral que le habían diagnosticado quince meses antes, en septiembre de 2011. Un tumor que le privó de la capacidad de comunicarse tanto oralmente como por escrito. Digo esto para que el lector se haga una idea de la dificultad que supuso poder escribir las cerca de quinientas páginas que tiene este libro para alguien que, aunque conservaba intacta su mente privilegiada, los canales de salida de todas esas ideas estaban anulados por la cruel enfermedad que terminó llevándose su vida.

Esa es una de las razones por las que he puesto tanto empeño en verlo publicado: tanto esfuerzo no podía quedar olvidado en un cajón. La otra, el lector lo descubrirá en cuanto tenga el libro en sus manos, es el valor y la calidad de la obra que Joaquín Palau y RBA han sabido apreciar y les han llevado, pese a todas las dificultades del momento económico por el que atravesamos y aún a sabiendas de que esta no es una de esas obras a las que se presupone un gran número de ventas, a editarla.

La descripción del libro ya la hizo su autor en el año 2006. Él dice muy acertadamente que no es una obra de actualidad, por lo que los dos años transcurridos desde su finalización hasta la fecha de su edición no le restan un ápice de su valor. Todo lo que en ella se expone sigue teniendo plena vigencia y así seguirá siendo durante mucho tiempo.

Batalla que fue, por encima de todo, periodista, hace en este libro un análisis profundo de las raíces que han llevado al mundo a la situación en que se encuentra hoy día. Le gustaba explicar las cosas de forma que cualquier lector interesado pudiera comprenderlas fácilmente, pero también era seguido con interés por eruditos en diversas disciplinas por el rigor y la calidad de sus contenidos y por la brillantez de sus análisis y esta obra, que conjuga el rigor y la profundización con esa forma didáctica con la que él se expresaba, no iba a ser una excepción.

Cuenta, además, con una valiosa introducción a cargo de Josep Fontana que añade otro punto más de interés y a quien quiero agradecer desde aquí su generosa aportación.

Y quiero recordar a otro gran periodista también recientemente fallecido, Jaime Arias, que le acompañó a lo largo de su enfermedad y le alentó a escribir este libro.

Judith Adam
Barcelona, 26 de junio de 2014

REFERENCIA AL LIBRO

La Nueva Agenda comenzó a publicarse en abril de 2003 con el propósito de ser un análisis, con una periodicidad semanal, de las relaciones internacionales. Tres años después, los casi 150 artículos publicados representan un conjunto cuyo denominador común puede ser el porqué del estado de cosas después de la guerra fría. Es, en definitiva, un empeño didáctico que no olvida, a través de la cita de los libros y artículos seminales recientemente publicados en la prensa internacional y especializada, a estudiantes y estudiosos.

En estos artículos hay opinión, que siempre resulta inevitable, pero su principal característica es que pretende hacer pensar al lector, como uno de mis colegas me apuntó en una ocasión. Son artículos sobre la actualidad, pero no de actualidad. Tratan de explicar el origen de los conflictos, las ideas que mueven las cosas y los paradigmas de las relaciones internacionales que se disputan la explicación última de cómo funciona el mundo. Por eso me gustaría que algunos de estos artículos pudieran ser salvados de lo que el periodista Walter Lippmann decía que era el futuro del diario de hoy: envolver el bocadillo de mañana por la mañana.

En los artículos está el qué pasa en el mundo, pero sobre todo el porqué pasa lo que pasa. Hace ya algún tiempo, Cristóbal Pera me animó a que algún día escribiera un librito explicativo sobre las relaciones internacionales. Creo que, al menos en parte, ésta es la ambición que mueve La Nueva Agenda. Robert D. Kaplan ha escrito un libro, El retorno a la antigüedad, con el que defiende inteligentemente la necesidad de no olvidar las enseñanzas de la historia. Kaplan es un realista de tomo y lomo, pero eso no quita, evidentemente, que su obra resulte interesante. En La Nueva Agenda, el motor no es el realismo, pero tampoco tiene la exclusiva de ninguno de los otros paradigmas que tratan de explicar el mundo. Se trata, por el contrario, de una contraposición de las visiones para tratar de entender, a través de historias, personajes, anécdotas y categorías, lo que ocurre y por qué ocurre.

Este libro no es una historia de la segunda mitad del siglo XX. Es un ensayo sobre diversos personajes y acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX que han sido decisivos en la configuración del mundo actual. No trata de narrar lo sucedido, sino, sobre todo, de explicar sus causas. Unas veces serán las ideas que han provocado los acontecimientos, otras los personajes que, sin ser de primera fila, han sido quienes han movido los hilos, intelectualmente o en la práctica. Y el conjunto intenta reflejar los orígenes de los conflictos que el siglo XXI ha heredado. Por eso, en vez de una historia de los últimos cincuenta años, es, ante todo, una crónica periodística de las ideas, las traiciones, los errores y los vasallos que han hecho posible la escena internacional tal y como hoy es.

Este libro trata de las respuestas que el hombre ha dado a la existencia del extraño, es decir, a los asuntos exteriores, entendidos estos como la manera en que gobiernos y sociedades se relacionan con los tenidos por forasteros. Pero el trabajo está limitado en el tiempo, circunscribiéndose, básicamente, a la segunda mitad del siglo XX o, para ser más exactos desde la Segunda Guerra Mundial, cuyo fin alumbró un nuevo sistema internacional. Cada generación tiene la tentación de inventar la rueda, haciendo cosas y definiendo conceptos hasta remontarse a los orígenes más remotos. Como George Santayana memorablemente escribió: “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”. Este libro no pretende abarcar toda la historia, pero su objetivo es hallar las raíces del siglo XXI.

 

Xavier Batalla
Barcelona, 3 de mayo de 2006