Un abanico político dominado por el modelo germanocidental para un electorado obsesionad por el estómago
“No, no. Con Lenin detrás, no. Por favor”. Wilhelm Nix, portavoz del DBD (Partidode los Campesinos), uno de los cuatro satélites políticos del SED (comunista) en los cuarenta años de régimen de partido único en la República Democrática Alemana (RDA), da un respingo al verse fotografiado por este corresponsal con un retrato del pádre de la Revolución deOctubre a sus es
paldas.
—Su partido es leninista?
—No ,no. Este no es mi despacho —dice señalando el cuadro de Lenin que preside la sala. Pero Lenin —añade— fue un gran hombre. La dirección de mi partido es nueva. Este despacho pertenece a la antigua dirección.
