ENTREVISTA a Suleyman Demirel, presidente de la República deTurquía
LA VANGUARDIA
DOMINGO, 1 MARZO 1998
XAVIER BATALLA
Ankara. Enviado especial
“Europa también necesita a Turquía”
Suleyman Demirel, presidente de la República de Turquía, no desespera ante las puertas de Europa. Le escuece la decisión europea de no atender la llamada de Turquía y sí la de Chipre, una de las manzanas de la histórica discordia entre Grecia y Turquía. Pero no desespera. “En política nunca hay un punto final, y yo trabajo, pacientemente, para convencer a quienes están equivocados”, afirma Demirel en una entrevista concedida a este diario en vísperas de la visita oficial a España que iniciará el próximo martes. En el palacio presidencial de Cankaya, en Ankara, y bajo la imagen del ornnipresente Ataturk, padre de la república moderna y laica, Dernirel repasa los errores que, en su opinión, cometen los europeos con Turquía, y aborda los problemas que, según Eúropa, tiene Turquía.
Estas son sus respuestas.
—Usted acaba de visitar Francia y la próxima semana viajará a Espa ña. Pero las puertas de Europa permanecen cerradas para Turquía. ¿Tiene Europa miedo de Turquía?
—No lo creo. Turquía defiende los valores europeos. Es un Estado lai co, democrático y acepta la economía de mercado. En 1856, en la conferencia de París, los europeos aceptaron al imperio otomano como parte de Europa. ¿Por qué, entonces, en 1998 Turquía sigue estando fuera de Europa?
—Quién tiene la culpa?
—Si Europa tiene miedo de Turquía, no debería haber firmado el acuerdo de 1963 (que prevé su ingreso); si Europa tiene miedo deTurquía, no debería haber contestado la petición turca de 1989 diciendo que Turquía es candidata; y si Europa tiene miedo de Turquía, no debería haber aceptado el acuerdo
aduanero (de 1995). Permítame decirle que, en esta cuestión,. España es un buen amigo de Turquía.
—¿Tiene Turquía una alternativa a Europa?
—No. Turquía se conertirá en parte de la Unión Europa. Hay que tener paciencia.
—Por qué Turquía no irá a la Conferencia Europea (con los candidatos) en marzo?
—Iremos la próxima ocasión (ríe).
—Turquía necesita a Europa. Pero, ¿necesita Europa a Turquía?
—Sí. Europa también necesita a Turquía.
—¿Porqué?
—Porque Turquía es miembro de todas las organizaciones e instituciones europeas, e incluso es miembro fundador de algunas de ellas. Turquía es miembro de la OTAN desde 1952. Y Turquía ha sido un castillo, una fortaleza para defender a Europa. Por eso, una gran Europa no es posible sin Turquía, que es un puente entre Europa y Euroasia, desde el Adriático hasta la muralla china. Y en esta región hay muchos pueblos de lengua turca con los que tenemos buenas relaciones.
—Pero, ¿no será que Europa tiene miedo de Turquía por el islamismo y la inmigración?
—Turquía es musulmana desde hace siglos. Y cuando Europa firmó el acuerdo de 1963, Turquía ya era de religión musulmana, aunque también. fuera una república laica.
—Pero existe la cuestión integrista. El Partido del Bienestar (Refah) ha sido ilegalizado en Turquía y a su líder le ha sido prohibida toda actividad política. ¿Cree que esta es la mejor manera de solucionar la cuestión?
—Turquía es un Estado de derecho. Si la Constitución prohíbe algo, ese algo no se puede hacer, y si se hace, interviene la justicia. Es un hecho de que, en una república secular, si alguien forma un partido islamista es que está en contra de la laicidad. Los habitantes de este país son en un 99 por ciento musulmanes, y en las elecciones de 1995 sólo el 21 por ciento votó al Partido del Bienestar. ¿Es que los que no les votaron no son musulmanes?
—Antiguos miembros del Refah han fundado ahora otro partido, el de la Virtud. ¿Cree que también será ilegalizado?
—No. Sólo han sido penalizados el Refah y seis de sus dirigentes; los otros siguen siendo diputados, por lo que son libres de formar otro partido. Ahora bien, si hacen lo mismo (que el Refah), sí podrían ser penalizados. No hablamos de algo políticamente bueno o no. Estamos hablando de la legalidad, que no per mite la explotación política de la religión.
—Usted dice que Europa no ha cumplido sus compromisos. Pero Europa dice que Turquía tampoco cumple sus compromisis en derechoshumanos, democracia y minórías.
—La resolución de Copenhague incluyó un apartado sobre minorías que es un grave error. En Turquía no hay minorías. Sólo hay una nación turca. En cuanto a los derechos humanos, quien los viole será castigado, pero Turquía no es un Estado policial.
—A qué atribuye entonces la mala reputación de Turquía en derechos humanos?
—Este país está sufriendo mucho a causa del terrorismo separatista (kurdos). Cinco mil solados han muerto en los últimos diez años. El Estado combate este terrorismo y, a veces, pueden pasar algunas cosas que no me gustan.
—Pero Europa no ve la cuestión kurda como un problema de un puñado de separatistas.
—(Ríe y hace una pausa.) Pienso que Europa tiene la suficiente inteligencia para comprender la situación.
—¿Habrá algún día un estado kurdo?
—No en suelo turco. En territorio turco sólo habrá una república turca.
—¿Está apoyado lo que denomina “terrorismo kurdo” por algunos países?
—En primer lugar, el norte de Irak, donde existen bases terroristas. Después, por otro lado, tenemos el terrorismo apoyado por Siria, el terrorismo apoyado por Grecia y el terrorismo respaldado desde diferentes países europeos, aunque no por sus gobiernos.
—Está la cuestión kurda detrás del acuerdo militar entre Turquía e Israel?
—No. En Turquía no existe un problema kurdo, existe un problema de terrorismo. Y Turquía es suficientemente poderosa para combatir sola el terrorismo. Nuestra relación con Israel se basa en el interés mutuo.
—Por qué en la última crisis con Irak, Turquía no ha sido partidaria de la fuerza?
—En 1990, Irak invadió Kuwait y 29 países, entre ellos Turquía, formaron una coalición para desalojar a los iraquíes. Lo que pasa ahora es totalmente distinto. Estados Unidos dice que Irak tiene armas de destrucción masiva. Y Bagdad debe cumplir las resoluciones de la ONU de forma total, sin ningún compromiso. Esto debe ser así. Y si no sucede así, si no cumple todas las resoluciones, entonces
la ONU sufrirá un fracaso. Pero la intervención militar, para nosotros, no es la solución. Turquía, con un millón de refugiados en 1991, pagó un alto precio.
— ¿Es Saddam Hussein más fuerte después del acuerdo con la ONU?
—Si cumple las resoluciones, no podrá decir que ha ganado. Sólo los perdedores pueden verlo a él como ganador.
—Otro problema: la economía. La economía parece que va bien, pero los indicadores van mal. ¿Cree que con una inflación superior al 100 por ciento se puede ingresar en la UE?
—(Ríe) La economía turca creció en 1997 un 6,5 %, las exportaciones aumentaron un 10 % y el turismo está en alza. Nuestros empresarios trabajan en Rusia, Asia y Europa. Pero nuestra inflación es superior al 100 %.
—Qué espera de u visita oficial a España?
—Queremos incrementar nuestras relaciones en todos los campos. Mi visita tiene por objetivo crear la atmósfera apropiada para unmayor intercambio. .
PERFIL
Ingeniero, prohibido y presidente
Sus partidarios le llaman “Baba” (padre), tiene 73 años y ha representado todos los papeles políticos. Suleyman Demirel, conservador y populista, empezó su carrera como ingeniero y, como tal, posiblemente
es el político que más pantanos ha inaugurado en Turquía. Perola política desvió su curso, y de máximo responsable del Departamento de Diques pasó a convertirse en dirigente del Partido de la Justicia.
Desde entonces, a principios de los años sesenta, Demirel las ha visto de todos los colores. En treinta años ha formado siete gobiernos y todavía posee el récord de haber sido el primer ministro más joven de la historia de Turquía. Sólo Ismet Inonu le supera en cuanto a permanencia en el poder.
Todo, sin embargo, no ha sido de color de rosa. En dos ocasiones, con los golpes de 1971 y 1980, los militares le han descabalgado del poder. Y, como Necmettin Erbakan, líder del ahora ilegalizado Partido del Bienestar, Demi rel también ha sufrido en sus propias carnes lo que significa la prohibición de hacer política. Pero Demirel, después de siete años en el dique seco, regresó a la política, ya en las filas del Partido de la Recta Vía, en 1987. No habla de los militares, pero Demirel, después de ingeniero y primer
ministro, es presidente de la República desde 1993. La prohibición no sirvió de nada.