El Mediterráneo ha sido históricamente un espacio de trasvases económicos, culturales y humanos, pero se ha convertido en una gran fractura entre el norte, rico y envejecido, y el sur, pobre y atestado de jóvenes que sueñan con emigrar.
El resurgir del islamismo no sólo es una cuestión de fe: depende de la carestía del pan y de la corrupción.
LVG20110109-Protestas
