XAVIER BATALLA
DOMINGO,8 MARZO 2009
Tres opciones
La creación de un Estado palestino es la solución defendida por las fuerzas moderadas que, directa o indirectamente, están implicadas en el conflicto palestino-israelí. El Cuarteto, integrado por Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y ONU, es partidario de la existencia de dos estados, el israelí y el palestino; la Liga Árabe, también, y George W. Bush y Condoleezza Rice, su secretaria de Estado, bendijeron la fórmula, aunque no hicieron mucho para materializarla. Y ahora incluso un primer ministro israelí, Ehud Olmert, y su ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, también aprueban la fórmula.
El consenso internacional a favor de dos estados en Palestina es algo relativamente reciente. Los acuerdos de Oslo de 1993 no hablan explícitamente de un Estado palestino, y el entonces primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, uno de sus firmantes, nunca apoyó públicamente la idea. Es más: cuando Hillary Clinton se pronunció en 1998 a favor de un Estado palestino viable, todo lo que recibió fueron críticas.
La solución de los dos estados es aplaudida pero no avanza. En realidad, la fórmula se ha convertido en una propuesta ideal para la parálisis. Y por tres razones. Primero, porque la violencia no cesa. Segundo, por la expansión de los asentamientos israelíes en una tierra que supuestamente se reservaba para los palestinos. Unos 290.000 colonos residen en Cisjordania y otros 185.000 en Jerusalén Este, por lo que resulta difícil imaginar a un Gobierno israelí evacuando a casi medio millón de personas. Y si no hay una evacuación, o un intercambio de territorios, entonces lo que resulta difícil de imaginar es un Estado palestino que sea viable. Y la tercera razón es el creciente apoyo que reciben quienes, en los dos bandos, están en contra de la solución de los dos estados.
El resultado de esta combinación de factores probablemente será que el próximo gobierno israelí, encabezado por Beniamin Netanyahu y sus aliados ultrarreligiosos y de la extrema derecha, optará por el statu quo, es decir, por seguir ocupando Cisjordania y continuar con la expansión de los asentamientos. ¿Qué pasará entonces? Hay tres opciones. Primero, que Israel intente expulsar a los palestinos de Cisjordania; pero esto no contaría con la aprobación internacional. Segundo, que Israel conceda una limitada autonomía a los palestinos, que serían distribuidos por enclaves separados; pero esto sería una versión actualizada del apartheid. Y tercero, que sólo exista un Estado, Israel, que sea binacional y con los palestinos disfrutando de todos los derechos democráticos; pero esto es impensable en Israel, que sabe que la gran amenaza para el sueño sionista es precisamente la bomba demográfica árabe. En resumen, ante estas alternativas, la comunidad internacional, como ha hecho esta semana Hillary Clinton en Israel, no tiene más remedio que seguir mareando la perdiz con la solución de los dos estados.
Artículo completo: LVG20090308 Tres opciones